Efectivamente el tiempo y sobre todo su medición han sido escenciales para las diferentes culturas a lo largo de la historia, empezando por el simple hecho de ubicarse en el mundo en que vivimos con relación a los astros que nos rodean y nos hacen ser quienes somos, además de miles y miles de cosas más para las que un calendario es útil (las cosechas, las creencias, e incluso la sobrevivencia).
A lo largo de la historia se han desarrollado muchos calendarios (por la necesidad del hombre de sentirse identificado y ubicado en espacio y tiempo) pero lo que es curioso es que por ejemplo en mesoamérica, todos tienen grandes similitudes, con sus variaciones de nombres y de algunos otros pequeños detalles, estas grandes similitudes se deben seguramente a que eran culturas más o menos contemporáneas y que además vivieron o habitaron zonas relativamente cercanas y pues claro su forma de vida, gracias a esta cercanía, puede parecerse bastante.
Las variaciones que podemos distinguir en general entre los diferentes calendarios mesoamericanos, son sobre todo de nombres, esto se debe sobre todo a la lengua que utilizaban, pues la mayoría de sus nombres tienen nombres similares o que hacen referencia a la misma cosa.
De igual manera los calendarios juliano y gregoriano son muy similares entre sí, ya que de uno surgió el otro, claro a lo largo de varios años y haciéndole distintas modificaciones para hacerlo un poco más exacto. Estos dos últimos calendarios son tan importantes por que finalmente son los más actuales y la base que nosotros usamos actualmente. Además surgieron de cierta manera apartir de los anteriores y son semejantes en algunos sentidos, pues todos estan hechos a partir de los diferentes astros o cuerpos celestes y tienen la misma o muy parecida utilidad.
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